Un año bisiesto tiene 366 días, uno más que un año común, que tiene 365 días. Este día adicional se añade en el mes de febrero, que tiene 29 días en lugar de 28. El año bisiesto ocurre cada cuatro años para compensar la diferencia entre el calendario de 365 días y el tiempo real que tarda la Tierra en orbitar alrededor del Sol, que es aproximadamente 365.242 días. Para ser un año bisiesto, el año debe ser divisible por 4, excepto que si es divisible por 100, no será bisiesto a menos que también sea divisible por 400, lo que evita desfases en el calendario a largo plazo.
