La frecuencia recomendable para revisar las luces de los automóviles es al menos una vez al mes con una revisión visual básica para verificar que todas las luces funcionen correctamente, incluyendo faros delanteros, luces traseras, intermitentes, luces de freno y de emergencia. Además, se sugiere realizar una inspección profesional más completa aproximadamente cada seis meses o, como mínimo, una vez al año para revisar alineado, intensidad lumínica y estado de las lentes. Es especialmente importante revisar las luces antes de viajes largos, después de algún accidente menor, y en condiciones climáticas adversas para asegurar la visibilidad y seguridad en la carretera.