La frecuencia recomendada para revisar las luces de los automóviles es al menos una vez al mes. Esta revisión mensual permite detectar bombillas fundidas o problemas en el sistema de iluminación antes de que representen un riesgo para la seguridad vial. Además, se aconseja realizar una revisión más completa en un taller cada tres a seis meses o al menos una vez al año, donde se puede comprobar el alineado, la intensidad lumínica y el estado de las lentes. Antes de viajes largos también es especialmente importante asegurarse de que todas las luces funcionen correctamente. Para las luces LED, aunque son más duraderas, se recomienda una inspección cada tres a seis meses para asegurar su óptimo funcionamiento. Cambiar las luces generalmente se aconseja cada dos años o cada 40,000 kilómetros, y es mejor hacerlo en pares para mantener una iluminación uniforme. En resumen, realizar una revisión básica mensual de todas las luces (delanteras, traseras, freno, intermitentes, etc.) y visitas periódicas a un taller para revisiones completas es la mejor práctica para mantener las luces del automóvil en buen estado y garantizar la seguridad en la conducción.