Los fenómenos que pueden representarse adecuadamente mediante una función trigonométrica son aquellos que presentan un comportamiento periódico o cíclico. Ejemplos frecuentes incluyen:
- El movimiento oscilatorio, como el de un péndulo o las vibraciones de una cuerda.
- Las ondas sonoras y electromagnéticas.
- Las mareas y ciclos naturales recurrentes.
- El ritmo cardiaco o biorritmo.
- Variaciones periódicas de temperatura a lo largo del año.
Las funciones trigonométricas como seno y coseno modelan estas fluctuaciones porque sus gráficas oscilan periódicamente entre máximos y mínimos, describiendo fenómenos que se repiten en intervalos regulares.
