La estructura básica de un texto informativo suele organizarse en tres partes fundamentales: introducción, desarrollo y conclusión. A continuación, te explico cada una y qué suele contener en un texto informativo típico.
Introducción
- Presenta el tema y, a veces, el objetivo del texto.
- Capta el interés del lector y sitúa el contexto.
- Puede incluir datos generales o una pregunta que guíe el contenido.
Desarrollo (o cuerpo)
- Es la parte más extensa y detallada.
- Expone hechos, datos, evidencias y explicaciones sobre el tema.
- Se organiza en párrafos, cada uno con una idea central y supporting details.
- Puede incluir subtítulos, ejemplos, estadísticas, fechas y citas relevantes para respaldar la información.
- Mantiene un lenguaje claro, objetivo y neutral, evitando juicios de valor no fundamentados.
Conclusión
- Resumen de las ideas principales expuestas en el desarrollo.
- Puede incluir una reflexión final, implicaciones o posibles consecuencias.
- Cierra el texto de forma concisa.
Elementos comunes adicionales
- Título: breve y descriptivo, que indique de qué trata el texto.
- Subtítulos o epígrafes: ayudan a estructurar y facilitar la lectura.
- Fuentes o referencias: listadas al final para respaldar la veracidad de la información.
- Datos y evidencias: cifras, fechas, ejemplos y citas que sustentan las afirmaciones.
Si necesitas, puedo adaptar esta estructura a un tema concreto que tengas en mente y proponerte un esquema detallado (títulos de secciones, párrafos y tipos de evidencias).
