La función principal del diafragma es ser el músculo principal en la respiración, especialmente en la inspiración. Al contraerse, el diafragma desciende y aumenta el diámetro de la caja torácica, lo que permite que los pulmones se llenen de aire al crear un espacio mayor para la expansión pulmonar. Al relajarse, vuelve a su forma de cúpula, facilitando la expulsión del aire al reducir el espacio en la cavidad torácica.
Además, el diafragma tiene otras funciones importantes, como favorecer el tránsito digestivo mediante su movimiento rítmico que masajea las vísceras abdominales, influir en la circulación sanguínea ayudando al vaciado del hígado y al retorno venoso, contribuir a la estabilización postural y troncal, participar en la expulsión de desechos a través de la tos, estornudo, vómito y evacuación intestinal, y facilitar el flujo linfático.
En resumen, el diafragma es un músculo multifuncional que, además de ser el principal motor de la respiración, cumple roles digestivos, circulatorios, posturales y en varios procesos corporales esenciales para el bienestar general.
