La fotosíntesis es fundamental porque sin ella prácticamente no existiría la vida tal como se conoce en la Tierra. Permite que las plantas fabriquen su alimento y, al mismo tiempo, produzcan el oxígeno que respiramos.
Producción de materia y energía
La fotosíntesis permite que plantas, algas y algunas bacterias transformen agua y dióxido de carbono en azúcares ricos en energía usando la luz del Sol.
Esos azúcares son la base de la alimentación de casi todos los seres vivos, porque las plantas son el punto de partida de la mayoría de las cadenas alimentarias.
Oxígeno para la respiración
Durante la fotosíntesis se libera oxígeno como “subproducto”, y casi todo el oxígeno atmosférico actual proviene de este proceso.
Sin ese suministro continuo de oxígeno, los organismos que respiren aire u oxígeno disuelto en el agua, incluidos los seres humanos, no podrían sobrevivir.
Equilibrio del clima y la atmósfera
Las plantas capturan dióxido de carbono, uno de los principales gases de efecto invernadero, ayudando a regular el clima y a reducir el calentamiento global.
La fotosíntesis mantiene el equilibrio de los gases atmosféricos al evitar que aumente demasiado el CO₂ y que disminuya el oxígeno.
Base de los ecosistemas
Al producir materia orgánica y oxígeno, la fotosíntesis sostiene redes tróficas completas, desde herbívoros hasta depredadores y descomponedores.
Por ello se considera un proceso bioquímico clave que hace posible la biodiversidad y el funcionamiento de los ecosistemas terrestres y acuáticos.