La lengua humana está formada por un total de 17 músculos, organizados en 8 pares (es decir, 16 músculos) más 1 músculo impar, el lingual superior. Estos músculos se dividen en músculos extrínsecos, que permiten los movimientos amplios de la lengua, e intrínsecos, que permiten modificar su forma de manera precisa. Esta compleja musculatura le da a la lengua su gran movilidad y capacidad funcional en el habla, la masticación y la deglución.
