La Tierra tiembla principalmente por los terremotos, que ocurren cuando se libera de golpe la energía acumulada en el interior de la corteza terrestre. Esta energía viaja en forma de ondas sísmicas y hace vibrar el suelo.
Placas tectónicas
La corteza terrestre está dividida en grandes bloques llamados placas tectónicas que se mueven lentamente sobre el manto, una capa más plástica y caliente del interior de la Tierra.
Cuando estas placas chocan, se separan o se rozan, las rocas de sus bordes se deforman y acumulan tensión, como si fueran un resorte que se está estirando.
Al superar la resistencia de las rocas, se rompen bruscamente y liberan energía, produciendo el temblor que se siente en la superficie.
Qué es un terremoto
Un terremoto (o sismo, temblor) es ese movimiento repentino de la corteza ocasionado por la liberación de energía acumulada en una falla o zona de debilidad.
El punto dentro de la Tierra donde comienza la ruptura se llama hipocentro, y el punto justo encima en la superficie se llama epicentro, donde suele sentirse con más fuerza.
Dependiendo de la magnitud y profundidad, un terremoto puede sentirse apenas como un ligero temblor o causar daños importantes y generar fenómenos como tsunamis.
Otras causas de temblores
Aunque la causa más frecuente es el movimiento de placas tectónicas, también hay sismos asociados a la actividad volcánica, donde el movimiento del magma fractura las rocas.
Existen además temblores menos comunes producidos por derrumbes subterráneos, impactos de grandes asteroides o incluso explosiones nucleares provocadas por el ser humano.
En todos los casos, el mecanismo básico es el mismo: una liberación rápida de energía que viaja como ondas sísmicas y hace vibrar la Tierra.
