El lupus es una enfermedad autoinmune crónica en la que el sistema inmunitario ataca por error células y tejidos sanos del propio cuerpo. Esto causa inflamación y puede dañar diversas partes como la piel, las articulaciones, los riñones, el corazón, los pulmones, los vasos sanguíneos y el cerebro. Existen varios tipos, siendo el más común y grave el lupus eritematoso sistémico (LES), que puede afectar múltiples órganos y presentar síntomas variables, como fatiga, dolores articulares, erupciones cutáneas (en forma de mariposa en el rostro), fiebre y problemas renales. Otros tipos incluyen el lupus cutáneo, que afecta principalmente la piel, el lupus inducido por medicamentos y el lupus neonatal que afecta a recién nacidos. El lupus no tiene cura, pero con tratamiento médico adecuado se puede controlar, especialmente para prevenir brotes que son períodos en los cuales los síntomas empeoran. Es fundamental el seguimiento médico para manejar la enfermedad y minimizar daños a largo plazo.
