El síndrome de Tourette es un trastorno neurológico que aparece en la infancia o adolescencia antes de los 18 años. Se caracteriza por la presencia de múltiples tics motores (movimientos involuntarios) y al menos un tic vocal o fónico (sonidos o palabras) que persisten por más de un año. Los tics son movimientos o sonidos rápidos, repetitivos e involuntarios que pueden variar en frecuencia e intensidad, con períodos de agravamiento y mejoría. Este síndrome no afecta la inteligencia ni la esperanza de vida, y aunque en la mayoría de los casos los tics disminuyen en la adolescencia, algunos adultos pueden presentar tics leves. La coprolalia (decir palabras obscenas involuntariamente) es un síntoma poco común presente solo en una minoría. Además, suele estar asociado a otros trastornos como el trastorno obsesivo- compulsivo (TOC) y el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH). No tiene cura, y el tratamiento se enfoca en aliviar los síntomas cuando interfieren en la vida diaria. En resumen, el síndrome de Tourette provoca movimientos y sonidos involuntarios que comienzan en la infancia y pueden ir mejorando con el tiempo, sin afectar la capacidad intelectual de la persona.
