La neuropatía de fibras pequeñas es un tipo de neuropatía periférica que afecta selectivamente a los nervios más finos encargados del dolor, la temperatura y parte de las funciones automáticas del cuerpo. Suele manifestarse sobre todo como dolor neuropático crónico (quemazón, pinchazos, calambres) y síntomas de disfunción autonómica, con estudios de conducción nerviosa a menudo normales.
En qué consiste
En la neuropatía de fibras pequeñas se dañan principalmente las fibras Aδ (poco mielinizadas) y las fibras C (no mielinizadas) del sistema nervioso periférico. Estas fibras transmiten sensaciones de dolor, temperatura y prurito, y también participan en la regulación de funciones como la sudoración, la presión arterial, la frecuencia cardiaca y la motilidad digestiva.
Síntomas habituales
Los síntomas sensitivos típicos incluyen: ardor o quemazón en pies y manos, sensación de descargas eléctricas, pinchazos, hormigueo y, a veces, aumento o disminución de la sensibilidad al dolor o a la temperatura. En el plano autonómico pueden aparecer mareos al ponerse de pie, sudoración anormal, molestias digestivas, alteraciones urinarias o sexuales y palpitaciones.
Causas frecuentes
Entre las causas más habituales están la diabetes mellitus, la intolerancia a la glucosa y otros trastornos metabólicos, así como enfermedades autoinmunes, infecciosas, tóxicas o hereditarias; en un porcentaje importante de casos no se identifica una causa clara (idiopática). También se han descrito mutaciones en genes de canales de sodio (como SCN9A y SCN10A) asociadas a algunas formas de neuropatía de fibras pequeñas.
Diagnóstico
El diagnóstico se basa en la combinación de la clínica, una exploración neurológica dirigida y pruebas complementarias. Dado que las fibras grandes suelen estar preservadas, los estudios de conducción nerviosa pueden ser normales, por lo que se recurre a técnicas como la biopsia de piel (para medir la densidad de fibras intraepidérmicas), pruebas sensitivas cuantitativas y estudios del sistema nervioso autónomo.
Tratamiento
El tratamiento incluye dos objetivos: actuar sobre la causa, cuando se identifica (por ejemplo, control estricto de la diabetes o manejo de enfermedades autoinmunes), y aliviar el dolor y otros síntomas. Para el dolor neuropático se utilizan fármacos como antidepresivos tricíclicos, gabapentinoides, inhibidores de recaptación de serotonina y noradrenalina, entre otros, además de medidas no farmacológicas como fisioterapia y abordaje psicológico del dolor crónico.
