La resiliencia es la capacidad humana de adaptarse positivamente frente a la adversidad, el trauma, la tragedia o el estrés significativo. No solo implica afrontar y superar situaciones difíciles, sino que también permite salir fortalecido de ellas, utilizando esas experiencias para crecer y desarrollar al máximo el potencial personal. En psicología, la resiliencia no es solo resistir, sino reestructurar los recursos psicológicos y aprender de las dificultades para seguir adelante con más fortaleza y optimismo.
Además, este concepto tiene su origen en la física donde describe la capacidad de un material para recuperar su forma después de ser deformado, y se ha adaptado para explicar cómo las personas pueden recuperarse y crecer emocionalmente tras enfrentar situaciones adversas.
En resumen, ser resiliente significa no solo superar el dolor o las dificultades, sino también convertir esas experiencias en un aprendizaje que permite prosperar a pesar de las circunstancias difíciles.
